NUESTRA HISTORIA
KBourrut: cocina instintiva al volver del mercado
Todo empezó con una receta, un día, en un salón de clases. Mi compañero, Romain, de 29 años, decididamente obstinado en seguir su propio instinto, fue apodado por su profesor, en gascón, “capbourrut”, “obstinado” en un dialecto un poco más francés.
Cuando le preguntas con qué estilo de cocina asocia su trabajo, responderá “la buena”, la de sus abuelas. Originario de las Landas, se crió en una granja: huevos frescos de su abuela, palomas torcaces de su abuelo, verduras del huerto de sus padres.
Su misión principal será llevarte de viaje estando en casa, en el País Vasco. Su cocina generosa pero refinada combina clásicos franceses con notas de otros lugares. Se lo debe a su atípica carrera…
Después de un bachillerato en cocina profesional, se formó en un catering y luego probó suerte en la cocina gourmet. Posteriormente volvió a la restauración, esta vez como segundo con sólo 20 años. Un verdadero polifacético, probará la cocina tradicional en la temporada estival, las brasseries de montaña, los puestos de los mercados locales, la cocina bistronómica...
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Más recientemente, fue chef de la Ferme aux Grives de Michel Guérard en Eugénie-les-Bains, así como ayudante de cocina de Michel Niquet en el muy institucional "Chez Mattin" de Ciboure...
La Voie Sucrée: la historia detrás de los postres de KBourrut
Al otro lado del muro hay otro universo, un poco más dulce, un toque de calma que te observa a través del techo de cristal. Mi nombre es Lisa, tengo 26 años y soy pastelera del restaurante KBourrut. Nací en Seine et Marne donde tuve la oportunidad de formarme en la escuela Ferrandi de París.
Mi pequeño viaje me llevó a elegir la chocolatería, mi profesión favorita. Siempre buscando tocar todas las fibras, fui contratado por 2 años en Potel et Chabot, el catering parisino.
Después de 4 años de ejercicio de mi profesión, conocà a Romain en Michel Guérard, donde era semijefe de pastelerÃa. Posteriormente, elegimos basar nuestra vida juntos en la Costa Vasca donde tuve la oportunidad de ser responsable de pastelerÃa en Château Brindos en Anglet, durante un año y medio.
Pero muy rápidamente, Romain tuvo el deseo de abrir su propio establecimiento, un deseo que, por asà decirlo, nunca le abandonó. Por amor a él, lo seguà en esta mágica aventura. Incluso cuando nos enfrentamos a dificultades, nunca dejamos de unirlas.
Pero en definitiva es por amor a ti que me levanto cada mañana impaciente por verte sonreÃr ante un postre o un bocado que has probado. No dudes en detenerte en el pasillo para observar, ¡siempre te devolverán la sonrisa!